lunes, 4 de mayo de 2009

Sobreviviente del Holocausto destaca la importancia de Rotary

Por Ryan Hyland
Noticias de Rotary International
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Durante muchos años, el rotario Sam Harris rara vez se refirió a su experiencia como prisionero de un campo de concentración nazi, vivida durante su infancia.

Pero las amistades que Harris forjó a través de Rotary lo animaron a revelar su historia públicamente. Asimismo, los rotarios brindaron a él y otros supervivientes del genocidio, el estímulo necesario para planificar un museo que mantuviera vivas sus memorias.

Harris, de 73 años de edad, socio del Club Rotario de Northbrook, Illinois, EE.UU., desde 1970, preside la directiva del Museo y Centro de Información sobre el Holocausto, con sede en Skokie, Illinois, EE.UU., el cual celebró su inauguración el 19 de abril , mediante una ceremonia en la que hicieron uso de la palabra Bill Clinton, ex presidente de EE.UU., y Elie Wiesel, escritor galardonado con el Premio Nobel de la Paz.

En la referida sede, de 20.000 metros cuadrados, se conservan 2.000 testimonios grabados de los supervivientes, en su mayor parte residentes de la comarca, además de fotografías, artefactos y un ejemplar original de las actas del juicio de Nuremberg. Cuenta, también, con un vagón ferroviario de la era nazi, como los que se utilizaron para deportar gente a los campos de concentración, obtenido por gestión de Harris.

Harris indica que trabó amistad con el rabino William Frankel en la reunión de un club, en 1977, y éste lo convenció de que su historia sería fundamental para concienciar a las futuras generaciones respecto a la barbarie de la Segunda Guerra Mundial.

"Quiero que aprendamos de nuestra historia, para que jamás vuelva a ocurrirr semejante atrocidad", afirma Harris. "Rotary siempre me brindó ayuda y desempeñó un papel fundamental para realizar nuestro sueño de fundar un museo conmemorativo del Holocausto".

En 1988, Harris se unió a un grupo de supervivientes de su región, denominado Holocaust Memorial Foundation of Illinois, y recuerda claramente la primera vez, hace 10 años, que anunció ante el club de Northbrook la decisión del grupo de construir un nuevo museo.

"Tan sólo minutos después de referirme al museo, prácticamente todos los presentes en mi mesa se ofrecieron para ayudar. Al final de la reunión se sumaron más socios, y antes de tan siquiera pensarlo ya habíamos formado un comité", señala Harris. "Rotary nos apoyó desde el comienzo. Sin los rotarios este proyecto no habría funcionado tan bien".

Harris perdió a sus padres y la mayor parte de sus hermanos en los campos de exterminio. Tras la guerra, él y su hermana Sara fueron enviados a Estados Unidos, a cargo de su hermana mayor, Rosa, quien se había casado durante su cautiverio, y residieron en un hogar transitorio de Chicago. En última instancia, ambos hermanos fueron adoptados, Sam por una familia de Northbrook.

"Afiliarme a Rotary en 1970 fue uno de los mejores acontecimientos de mi vida", afirma Harris.

"Ser rotario me ha servido de orientación para mi propia vida. De todas las actividades en las que he participado, Rotary ha sido la mejor de todas. Toda la gente que conocí en esta organización es gente de gran calidad".

Harris está abocado a recaudar fondos para colocar una placa de reconocimiento a Rotary en el museo.

"No se me ocurre nada en el mundo que ejemplifique mejor la finalidad del museo o los sacrificios que otros realizaron por mí y otros sobrevivientes que el lema permanente de RI: "Dar de Sí antes de Pensar en Sí".