viernes, 31 de julio de 2009

Combatiendo la pobreza en Uganda

Por Jennifer Lee Atkin y Maureen Vaught

Noticias de Rotary International

29 de julio de 2009


Los rotarios de los clubes de Muyinga, Uganda, y de Genk-Noord, Bélgica, están utilizando un método polifacético para estabilizar la economía a largo plazo en una región rural de Uganda.


La pobreza, el hambre, y las enfermedades forman a menudo un círculo vicioso, en el que una calamidad lleva a la siguiente. No es usual que un solo proyecto intente subsanar los tres problemas.


Sin embargo, en 2009, los clubes de Uganda y Bélgica pusieron en marcha un proyecto multianual en la comunidad Kasamu-Kyali, ubicada en el distrito de Mpigi, Uganda, a fin de mejorar las vidas de 4.000 aldeanos, suministrándoles los recursos para que puedan abastecerse de mosquiteros, uniformes para los niños, perforar pozos, utilizar bombas de agua, ganado, y materiales y equipo agrícola. Asimismo, se les brindan materiales educativos y capacitación profesional en el uso del equipo.


El proyecto, cuyo costo asciende a 250.000 dólares, se financia gracias a una Subvención de Salud, Nutrición y Desarrollo Humano (3-H) proporcionada por La Fundación Rotaria. Los clubes de los Distritos 1630, 1720, 3100 y 9200 también apoyan el proyecto.


A fin de ayudar a garantizar la continuidad del proyecto, los organizadores colaboran con Heifer International, el Ministerio de Salud de Uganda, y el distrito y ayuntamientos de Mpigi, los cuales prometieron apoyar el proyecto a largo plazo.


El proyecto recibe ayuda adicional de un equipo de voluntarios integrantes de un Grupo de Rotary para Fomento de la Comunidad (GRFC), quienes formaron 10 subcomités que se encargarán de supervisar cada uno un aspecto distinto del proyecto, como finanzas, el ganado y la distribución de agua.


Respecto a la labor del GRFC, "A los aldeanos les ha agradado mucho ser parte de la fraternidad rotaria", comenta Francisco Mukasa, socio del club de Muyinga.


El nuevo sistema de riego instalado en la granja de la comunidad sirve para proporcionar alimentos y cultivos comerciales y, simultáneamente, se brinda capacitación en el uso de nueva tecnología agrícola, métodos de plantación y la cría de animales.


Se están cubriendo las necesidades educativas no sólo de los niños en edad escolar, sino también de los adultos de la aldea, quienes, en muchos casos, son analfabetos y carecen de instrucción en materia de negocios.

Las máquinas de coser recién adquiridas se utilizan para confeccionar los uniformes escolares de los niños y los mosquiteros para las camas de los aldeanos.


"Ésta no es una gota de agua que se perderá en el oceano", afirma Marc Molemans, socio del club de Genk-Noord. "Esto le servirá a la comunidad entera [y] tenemos la esperanza de que ayudará por mucho tiempo a las futuras generaciones".


En la edición de julio de 2009 de El mundo de Rotary, Molemans y Mukasa comparten con los rotarios las lecciones que aprendieron de este proyecto.