Por Donna Polydoros
Noticias de Rotary International
30 de septiembre de 2008
Rhoderick Samonte sabe lo que se siente cuando no se tienen los medios económicos para cursar estudios universitarios.
El estudiante filipino fue admitido en el programa de máster de
"Estaba a punto de darme por vencido", admite Samonte, cuando se enteró del Fondo de Becas para Países de Bajos Ingresos de
"Mi compromiso hacia el servicio voluntario se ha fortalecido más aún desde que Rotary me brindó esta oportunidad", añade. "La educación no constituye sólo un derecho, sino un llamado a prestar servicio".
La encrucijada
En 2006, Samonte debió enfrentarse a una encrucijada. Tras concluir su máster, se sintió tentado de permanecer en EE.UU., pero sabía que debía regresar a su país natal para ayudar a su gente.
De regreso en las Filipinas, Samonte planificó el programa Youth Entrepreneurship Service (YES, por sus siglas en inglés), con el objetivo de ofrecer microcréditos a 100 jóvenes de Bacolod City, Negros Occidental, Filipinas. Presentó su idea ante el Club Rotario de Wellesley, Massachusetts, EE.UU., que había patrocinado su Beca de Buena Voluntad y que, conjuntamente con el Club Rotario de Bacolod South, decidió llevar adelante dicho programa.
El programa YES proporciona a los adultos jóvenes habilidades básicas para iniciar sus propios negocios, como corte y confección, gastronomía y reparación de equipos electrónicos. Después, se les prestan los fondos necesarios para iniciar sus propios negocios. La meta es que formen cooperativas para ayudarse unos a otros, y puedan ahorrar dinero para pagar su educación. En mayo,
"Estoy sumamente agradecido a Rotary por haber respaldado este proyecto", afirma Samonte. "En toda comunidad, los jóvenes representan el futuro. ¿Qué clase de comunidad forjaremos si no les ofrendamos la oportunidad de la educación?"
